viernes, 5 de enero de 2007

un alivio

Lo creí perdido.
Creí que estas líneas que (insisto) no tienen nada de especial salvo que las escribo yo mismo (y eso, por supuesto, sigue sin tener nada de especial) se habían perdido en el mar incomprensible de la red.

Ale me dijo algo así como que no se perdía mucho. Yo, aunque estaba bastante de acuerdo con él, le miré con cara de poker.

Sigo solo en esta habitación. La parte de atrás del monitor de Carlos Tejero me mira indiferente o me da la espalda o hace ambas cosas a la vez. Hay acciones que solo pueden llevar a cabo los objetos, los objetos inertes, sin alma, anodinos, y el monitor de Carlos Tejero tiene todas esas características.

Supongo que hoy me tocará, como siempre, sumirme en el mundo turbio de la gastronomía de autor, leer alguna revista sobre vinos y publicar la nueva serie de noticias de Spain Gourmetour, esa publicación que muere de éxito a cada rato, cada quince días.

Letras, palabras, frases. Se engarzan, entran en mí, las pienso y salen malformadas y se pierden y ya no hay más que hacer, ya no son de uno, pertenecen al viento o a los vientos diferentes que las esparcen como hojas secas.

No dependen de mí ya mis ideas, ni siquiera las ideas que no fueron del todo mías aunque las imaginase así, aunque me engañara imaginándomelas así. Mis ideas, que son pocas, ya son tuyas o de nadie, como cuando ves volar los pájaros y sabes que no es suyo su propio movimiento, que pertenece a tus ojos.

martes, 2 de enero de 2007

Sin cabeza, como un pollo

No tengo nada de interés por aquí dentro ahora mismo.
Lanzo palabras al espacio, igual que si estuviera en una campana en la que se hace el vacío. No importa si digo algo o si no digo nada. Las palabras, para la conciencia general, es como si no lleganarn nunca a salir de mi boca.
Y puede que apesar de todo este sea un buen ejercicio. Puede que esto, de alguna manera me libere, que me dé un punto sobre el que apoyar en cierto sentido mi día.
Suena por la radio canadiense que he sintonizado por internet una canción horrible titulada merry christmas o christmas wish o algo así. Es sencillamente estremecedora.
De momento no tengo ninguna foto que colocar aquí, además, para terminar de ser honesto, no tengo ni idea de cómo se hace. Tardaré poco en averiguarlo. Después llenaré la web de fotos de melones, de sandías, y, dentro de poco, cuando me compre la cámara, de fotos de verdad mucho peores.
La realidad es que este blog lo he abierto con la intención de responder al de Cuéllar. Sí, Víctor, mucha de la culpa la tienes tú. También tiene algo que ver Maite, desde sevilla,desde la casa del libro, desde detrás de sus ojos.
De cualquier forma, un saludo a todos.