jueves, 17 de mayo de 2007

bicis y tele


Por lo visto ahora van a abrir una convocatoria para entrar a trabajar en la televisión española.

En total unos 750 puestos. 200 de ellos de redactores. 4 de realizadores.

No sé lo que haré. Supongo que me apuntaré al sorteo a ver si cae algo, me encerraré en casa y me dedicaré afanosamente a leer periódicos y a ver las noticias cada tarde.

No puedo decir que me haga una ilusión loca.

Más ilusión me hace, por ejemplo, tirarme en la plaza de España un día de sol, como el otro día, dejando que pase el tiempo hasta que llegue el momento de ir al cine a ver una peli alemana (La vida de los otros).

Mientras tanto, troto con mi nueva bicicleta (plegable) por las calles de madrid, cuajadas de coches, y me siento como un niño chico, con miedo y con ilusión. Puede que con un poco más de lo segundo que de lo primero.

miércoles, 16 de mayo de 2007

vacaciones


Tengo la cámara de fotos muerta de risa en un armario

y el corazón a veces se me va de vacaciones.

Me quedo solo sin serlo, sin estar solo del todo. Y parece que al final todo funciona

Sale el sol.

Leo revistas y libros y películas y pinturas.

El danubio me hace volar por cielos que no existen, por horizontes azules y violetas.

Se me va.

El suelo de los pies se me va.

Y vuelve el corazón

más moreno y contento una noche cualquiera

Me cuenta sus historias, su aventura

de haber latido sin mí en alguna parte

muy lejos de este mundo.


Ayer me despedí de Gauti. Cerveza en Lavapiés 41 otra vez. Cerveza y buen humor. Las conversaciones de siempre, aunque con algo de nostalgia.

Ya sé que tengo un amigo en Islandia.

Alguien, en Islandia,

sabe que me tiene aquí para lo que quiera.


Foto: imagen en movimiento. En el metro. Madrid

domingo, 13 de mayo de 2007

Sevilla Madrid A4

En Sevilla hace un calor que mataría del mareo a cualquier pingüino y alguna que otra planta, como las del balcón de mi casa, que están un poco abandonadas, se queman, se mustian, se agotan de existir y sienten el abandono en lo más profundo de sus troncos leves.
Ahora me esperan seis horas de autobús otra vez.
Amable conductor, trátenos bien. Mañana tenemos que estar puntuales para ir al concierto de marea.
Me encomiendo a dios en todas sus formas posibles para que reine la paz en las carreteras este día denso de mayo.
Hoy no hay foto. El ordenador no deja

Sevilla Madrid A4

En Sevilla hace un calor que mataría del mareo a cualquier pingüino y alguna que otra planta, como las del balcón de mi casa, que están un poco abandonadas, se queman, se mustian, se agotan de existir y sienten el abandono en lo más profundo de sus troncos leves.
Ahora me esperan seis horas de autobús otra vez.
Amable conductor, trátenos bien. Mañana tenemos que estar puntuales para ir al concierto de marea.
Me encomiendo a dios en todas sus formas posibles para que reine la paz en las carreteras este día denso de mayo.
Hoy no hay foto. El ordenador no deja

viernes, 11 de mayo de 2007

una de viajes


ME voy de fin de semana (que no de puente).

Y a la vuelta voy al concierto de Marea.

Me esperan por delante largas horas de sol y carretera,

y de autobús y de hombres que huelen

profundamente a hombre

y mujeres sin rostro colgadas de un mp3

y (seguramente) la película de rigor de Kevin Costner.

Lo haré todo acompañado por mi maravilloso portátil y escribiendo mi artículo sobre trufa.

Spain Gourmetour 71, cuatro idiomas, 250000 ejemplares esperan a ser el espejo de todas mis dudas.

La foto: Alcantarilla, agujero y banco de espaldas. Navaleno, Soria.

miércoles, 9 de mayo de 2007

descanso


Tengo ganas de sentarme.

Me gustaría que parara de repente todo lo que gira a mi alrededor y ser como uno de esos jubilados que se sientan en un banco y esperan que el viento les dé en la cara.

Son muchos los días de no parar, de levantarse a las 7 de la mañana, de ir al trabajo y correr. A mí me dijeron que esto del ICEX era un balneario, pues bien, esa faceta aún no la he conocido. O hay mucho trabajo y te ueres del estrés o no hay nada y lo haces de aburrimiento.

Ahora me voy a la Bioblioteca Nacional. Los libros sobre trufa me esperan.

La foto es de Pamplona, junto a los jardines de media luna, cerca de la plaza de toros.

viernes, 4 de mayo de 2007

Cruce


El abuelo de Diana murió hace dos días.
Nosotros volvíamos en autobús a Madrid y nos llovió todo el camino. El puente fue extraño, con muchas visitas y una noche en el hospital cuidando de aquel pobre hombre que se apagaba, que buscaba fuerzas para hablar, para meterse con la gente que le ayudaba.
Luego nos marchamos. Dejamos atrás la ciudad de siempre y el hombre murió. Ayer Diana volvió a Sevilla y me llamó por teléfono al llegar. Toda la familia estaba en el tanatorio. A mí me quedó una sensación de alivio extraña. Alivio por este hombre que moría, alivio por la familia, alivio porque de esta manera, todos pasaban la última página de un libro lleno de dolor. Tampoco pude evitar sentirme triste, pero con una tristeza que no lo ocupaba todo.