
Roberto Arnaz Fernández es el único usuario autorizado del photoshop de mi oficina. Seguramente será el mismo que le hizo una marca muy pequeña, con un lápiz, al monitor. A mi casa llegan cartas a nombre de cuatro personas diferentes. Alba, Rodrigo, Heidi, Ana María. Sus nombres entran en mi vida por la puerta de atrás. Es gente que ha estado a mi lado y que ha tomado un camino que los ha llevado lejos de mí, fuera del círculo gigante que pueden trazar mis brazos al abrirse y girar.
Ahora escribo esto y pienso en mis sábanas y en mi cámara de fotos, en mi ropa de segunda mano, en el teléfono móvil que me prestaron y que dejó de funcionar al cabo de tres meses. Mi coche, la bicicleta que utilicé durante un año en dublín.
Foto: Pequeña catarata en uno de los parques de Valdemoro.
1 comentario:
No sé si la explicación de que tengas tan pocos comentarios es precisamente lo que me pasa a mí, que después de leerte ya no sé qué decir.
Preciosa entrada y precioso blog.
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