
Está un poco al norte de Köln.
Para llegar es indispensable echarse una siesta en un tren, llevar en el equipaje un libro que no tienes intención de leer y tener poco miedo a la lluvia.
Luego, al salir de la estación, uno se encuentra con bicicletas y con niños, con perros corriendo por parques enormes y verdes. Se encuentra con borrachos educados y casas de otra época (re)construidas gracias a un tipo llamado Marshal.
Fiesta de las culturas. Universidad.
Cervezas de mentira.
Olor a primavera que no se atreve a romper.
Y flores como estas
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