Te levantas, te duchas, vas al trabajo.
Ordenas tus papeles. Dejas que pase el tiempo. Unas horas. Escuchas
voces familiares. Observas cómo la gente
trabaja, charla, vive,
mira la pantalla con aire ausente o turbio,
teclea de vez en cuando, se amodorra.
Mientras
la ciudad continúa su pulso de fantasma
entre el cristal y el sol
con autobuses y metros que se quedan atascados en un túnel.
Sabor a agua amarga, a agua que se queda
varada en la botella quince días y sabe a tiempo muerto.
En la foto la catedral de Köln a punto de derrumbarse.
2 comentarios:
jajaja
¡quiero un post sobre piratas del Caribe ya!
:)
Pues yo me pido fotos de tu despacho, no el diáfano de ahora, sino el que dio nombre al blog! Engaaa
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